martes, 19 de mayo de 2009

Entropía.

Se define entropía como la tendencia al caos y yo soy la pura materialización de la descripción. Vivo en un constante desorden y aunque intente ordenarme sigo igual de desordenada que cinco minutos antes. No hablo de desorden emocional, sino de diferencias entre razón y corazón; de batallas perdidas o ganadas. De viento, truenos y relampagos en un rayo de sol. De idas y venidas. De cambios de sentido, de perder el rumbo. De pensar antes de respirar, de retener el aire o simplemente dejarlo escapar. Aprendiendo a aprender el momento. Vivir a quemarropa, sin rodeos o andarme por las ramas. Andar desnuda y que la belleza del cuerpo no sea mas que el holograma del alma. Expresarme con una mirada o mover la manos al hablar. Abrir los brazos dejando el pecho al descubierto, escribir versos de desamor en los pliegues de tu cama. Que una franqueza extrema te haga desconfiar, gritar un yo lo puedo y caer arrodillada. Perderle el temor a las palabras, sacar de esta garganta este te quiero atragantado... cruzar lineas de no retorno. Ser consecuente con las consecuencias, masticar una derrota y alzar bandera blanca. Firmar una tregua. Quedarme sentada. Porque a veces no hacer nada cuando las cosas no se ven claras también es una acción. No es que me haga la interesante. No es que no tenga ganas de hablar. Es que hoy me encuentro cansada y no me apetece luchar contra todo aquello que pueda hacerme el más minimo daño. No me apetece volverme a herir otra vez con lo mismo. No me apetece ser la niña que vuelve a caer en lo de siempre. Aunque me puedan las ganas, aunque sepa que quizas todo lo que me ocurre es lo que el destino me brinda... me las guardo, me guardo todas las que le tengo...que no son pocas. Porqué mi hoy es mañana, es como limon y nada.

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