lunes, 21 de septiembre de 2009

Coincidencias.

Sólo conozco de ti lo que tú me has querido contar. No he preguntado demasiado. Evitando respuestas comprometidas. Mis palabras bailan al compás de una sutileza un tanto lírica. Pasos lentos, ritmos marcados. Pensar que las casualidades ocurren por alguna razón te convierte en una costumbre. Acciones repetidas. Constancia gradual que adapto a mi horario. Mueren las horas a tu lado como carecen de vida las hojas de los árboles. Caen vistiendo la calle a la par que tú desnudas mi alma. Contradicciones que llenan vacíos. Líneas rectas sin vértigos, huellas de equilibrio. Se esconde el miedo asustado por la seguridad de una sonrisa. Reencuentro en un rincón todo lo perdido. Descomprimo el aire en pequeñas dosis para respirar en espacios cerrados que laten grandes. Lo dicho, respiro. Transparencia en tu mirada, picardía en tu espalda. Disimulo, si a mi también, me tiembla la mano. Pensar que sólo fue un momento y saber que sin ti no habría sido importante, lo hizo real. Fuiste ese instante, esa milésima de segundo. Fuiste un impulso guiado por una intuición. Hola. Hola ¿qué tal? Tan casual. Tan normal y tan diferente.

Callejeando.

Callejeando. Innovando. Inventando. Reciclando. Andando. El mundo se queda pequeño para tantos pasos. Paso desenfrenado, paso torpe. Despierta de golpe. Paso lento. Paso abierto. Sonríe al andar. La miran al pasar. Juntando letras, cantando tercetos, con un retal de tela te hace un boceto. Con la rumba en la cintura, cantando por bulería, con un poco de flow le sale la rima. Gracia innata para andar como pollo andaluz, al mirar comparte su luz. Hoy aquí, mañana allí, próxima parada Berlín. Respira arte, por no decir morbo, recorre las calles con todo el morro. Conocerte. Agradecerte. Horas de colores. Firmas con tu nombre. En contra del capitalismo. Odiando el consumismo. Viviendo al límite. Exprimiendo momentos. Hallando respuestas sin saber preguntas. Descubriendo rincones. Compartir impresiones. No conoce la indiferencia, vive la diferencia. Plástico, vidrio, cartón. No reciclar es aberración. Respetando principios, la mitad no compartidos. Luchando injusticias, viviendo momentos, alimentar sensaciones, aprovechar ocasiones. Bonita. Bonito nombre para unas letras. Tienes locura y tu locura, mi lucidez. Regalas abrazos. Te abarca, te embauca. Una estrella que brilla, tu mirada la difumina. Guiada por energías, guías. Que tu no paras tiempos, ni horas, ni minutos, ni segundos. Tu los regalas, con magia, sin trucos. Te gustaría cambiar el mundo. Saber que puede ser distinto. Con un trozo de tela y tres botones diseñas una funda para sus cojones, los que faltan, los que a ti te sobran. Razones tienes para ser diferente, el mundo esta lleno de la misma mierda, de la misma gente. Sociedad inerte. Que no comprende, que no respeta, que no siente. Yo tengo leyes, tu tienes calle. Yo tengo tablas, tu paisaje. Aprendo rápido. Defensas me sobran. De alegría ahogas. Que respiras vida, que tienes aplomo que tienes fuerza. Que me quedo en blanco, que me pones nerviosa al mirarme tanto. Tu nombre en las esquinas, en los balcones, por los rincones. Tu nombre en el cielo, en mi mente, en la boca de la gente. Sonríes y me pierdo. Yo contigo, tu conmigo porqué el punto y coma viaja hasta el infinito.

Por lograr que mi mundo se vea mejor desde otra perspectiva. Gracias.

Soledad.

Te estaba esperando. Necesitaba un poco de tu compañía. Gracias por respaldarme. Por estar ahí. Por nuestros ratitos que nos sirven para pensar. Por saber quién quiero ser. Por hacerme creer más en mí. Por saber que yo puedo. Que puedo ser feliz conmigo misma, que no me hace falta nadie. Por comprender que caminando se llega a todos lados, que los pasos cortos acercan distancias. Porqué las horas contigo son reflexión. Porqué me gusta sentirte cerca. Te estaba esperando. Tantas veces te he buscado. Tantas veces a mi lado y nunca te supe apreciar. Lloré tanto por ti, por dejarme sola. Nunca vi tu lado positivo. Cuando te quise no estabas, aparecías siempre en el peor momento. Nunca acertaste, nunca. Te estaba esperando. Ahora que comparto mis pensamientos contigo. Ahora que vives a mi lado. Ahora que estas en el momento correcto, te disfruto. Te disfruto tanto que me olvido, a veces, del mundo. Incondicional. Francamente especial. Abrazarte debajo la manta, tomar café y quemar los segundos. Contar contigo las estrellas mientras escribo aquello que siento, porqué siento. Fumarme el último cigarro del día en la terraza, que pronto dejará de ser mi espacio, contigo. Me faltan palabras para describir la sensación de tenerte. Te estaba esperando y ahora no quiero perderte. Sé dónde debo buscarte. Que tú eres de mi maleta todo mi equipaje. Bienvenida a mi vida, por fin.