miércoles, 12 de enero de 2011

Mi casa en otro lugar.

La lluvia revuelve las silabas y las palabras me suenan a chino. Me desconcentro. El ruído de las gotas rebotando en el marco metalizado de mi balcón me proporciona cierta compañía. Me siento menos sola. Alguien ha hecho café. Huelo el aire con la cabeza levemente inclinada y me invade el aroma a hogar. No sé, es familiar el olor a café. Es como unos churros con chocolate, pero de diario. He decidido tomarme un capuchino. Entro en la cocina y sonrío. Es tan fácil ser feliz con una simple taza de cafeína y mucho azúcar cuando te llenas de optimismo, que parece casi imposible. Que día más tonto. Será la lluvia que me recuerda a ti, no sé, será. Me aprieto la taza hirviendo contra el pecho antes de pegarle un primer sorbo. Lo saboreo y ando despacito mientras contemplo todo lo que me rodea tarareando “without you” de Ayo. Vaya, es perfecto. Todo. El silencio, mi vida y mi mañana. Buenos días!

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