lunes, 23 de enero de 2012

Indefinido determinante.

Una puerta entreabierta sin pestillo. Un cuadro abstracto sobre una pared deslucida. Una caja de música que ya no suena encima del tocador. Un espejo roto colgado vagamente de un clavo oxidado. Un baúl de madera astillada perdido en un rincón. Una lámpara sin bombilla sentada en una silla. Una persiana desmembrada reforzada con alambre. Una cama vacía con sábanas desbaratadas. Una silueta difusa acariciando el suelo vestida de piel ignífuga. Una mano distraída recorre con apatía una tripa. Una barra de labios consumida, ya caducada. Un espacio olvidado invadido por artículos indefinidos.

La puerta cerrada con llave, blindada. El cuadro trazado al azar, personificado. El cuenco de madera tallado con las asperezas lijadas a mano. El espejo que muestra tu espalda mientras te secas con la toalla. El baúl que guarda los besos que te daré mañana. La lampara con luz tenue que te adivina a oscuras. La persiana bajada nos aleja de la indiscreción de las miradas. La cama revuelta exhibe placer pausado. La silueta de dos cuerpos fundidos en una sola célula. La mano cosiendo a milímetros mi espalda. La barra de labios compartida a mordiscos. El instante latente, el que importa descrito a base de artículos determinados.

Porque es imposible pluralizar la palabra mujer, cuando un todo suma singular. Porque mentiría si dijera que despeino cabellos mientras revuelvo tu pelo. Porque me niego a volar si me bajas el cielo. Porque no quiero quedarme con hambre, de ti siempre doble ración. Porque si besas con los besos de tu boca cualquier palabra se queda pequeña. Porque pierdo a ratos la razón, desvanece cualquier alrededor. Porqué se resbala una sonrisa por mi mejilla mientras duermes, como pez en la mano. Porque me siento libre a tu lado aunque me sujetes del brazo. Porqué sabes cuántos kilómetros hay de tu casa a la mía? Veintisiete. Por qué a pesar de callarme algún te quiero, no hay verbo mas tuyo que ese. Porque nunca podré saber como hubiesen sido las cosas si no hubiesen ocurrido de esta manera, ya está no hay vuelta atrás. Ahora si quieres podemos volver; volver hacia adelante. Porqué la vida no se vive por las veces que respiras sino por los momentos que te dejan sin aliento.

2 comentarios:

  1. "Porque mentiría si dijera que despeino cabellos mientras revuelvo tu pelo.
    Porqué la vida no se vive por las veces que respiras sino por los momentos que te dejan sin aliento"...
    Que puedo decir yo a todo esto, mientras me peinas los sentimientos... nada.

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  2. Pues yo si puedo decir algo; te quiero.

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