miércoles, 29 de julio de 2009

Delirium.

No voy a negarlo. Perturbas mi razón. Mi parte sensata muere y me mueve la inercia de tu calma innata. Dolida, pero despierta. Sin limite, sin dirección. Mis actos pueden parecer insensatos, simplemente no hay premeditación. Surgen las cosas sin más. Que mis ratos son un disparate es innegable. Me está gustando vivir así. Si los minutos son cuestión de mágia, yo le estoy pillando el truco. No quise verlo antes, no quise actuar. Me gusta la sensación. Respirar libertad, respirarla tanto que se me olvide que existe, por momentos, la responsabilidad. Volar y olvidarme de qué día es, que me quedan dos horas, que solo dispongo de tres segundos. Una acción sin repercusión, sin importarte nada más que lo que vale ese instante, el vivido. Hoy despierto sola y mañana quizá duerma contigo. Que pierdo la cordura y que locura tu sonrisa. Que se pierda mi conciencia si tu eres mi delirium. Jodida, pero contenta.

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